miércoles, 16 de febrero de 2011

LINCE EN LA CORDILLERA CANTÁBRICA- UNA LEYENDA URBANA? 2ª PARTE

En el año 1987  Anthony Paul Clevenger   biólogo,(actualmente trabaja en el Parque Nacional de Banff- Canadá, donde es un experto reconocido sobre pasos de fauna en autovías) que obtuvo sus títulos  especialista en conservación de recursos naturales en la Universidad de Berkeley y Tennessee viajó hasta la Cordillera Cantábrica que junto a Pancho Purroy (Doctor en Biología)  trabajaron en un proyecto de investigación  sobre el Oso Pardo " Ecología del Oso Cantábrico" y que fue financiado por el Comité Conjunto Hispano-Norteamericano para la Cooperación Científica.
En una de las salidas por los Ancares Lucenses-  en las cercanías de Castillo de Doiras (Lugo) este biólogo americano observó un "lince", observación que se tiene de referencia cuando se habla de esta especie ( Acta Vertebrata  Doñana Vol. 14. Diciembre 1987,  Libro Rojo de la Fauna del Principado de Asturias) por estas tierras del norte, de lo que no se sabe es a que tipo de lince se trataba.
Desde esas fechas hasta el día de hoy, ningún investigador- que yo sepa, a nivel oficial, ha visto ninguno.
Pero......hay personas que atestiguan haberlo visto, no sin antes aclarar, que lo que vieron no corresponde con un gato montes, y es algo que siempre me dejan claro.. Los testigos empiezan a ser numerosos, a mi me está llegando algún correo sobre estos posibles avistamientos e incluso me llegan informaciones de observaciones en zonas próximas donde yo vivo- alguna corresponde a  diez años atrás.
Para despejar dudas os dejo este pequeño vídeo del Lince Boreal -. y también de lo que más se parece, el gato montés

Vicente es un amigo al que me une sus mismas aficiones, él por su parte está muy interesado en este tema en concreto y lleva recogidos unos cuantos relatos sobre personas que dicen haberlo visto.
Hace algún tiempo le pedí que me escribiera algo para el Blog y me dejó este artículo.


EL LLOBU CERVAL
LEYENDA DEL PASADO O REALIDAD ACTUAL
(1ª PARTE)

Los grandes carnívoros y especialmente los félidos, siempre han fascinado al ser humano. Quizás debido a su fuerza, su agilidad y su belleza. Así diversos pueblos asiáticos, africanos o americanos, han tenido y tienen una relación que va más allá de lo material con tigres, leones, jaguares y pumas. Sin embargo esto  no les ha librado de ser perseguidos hasta llevarlos al borde de la extinción, habiéndose perdido varias subespecies que forman parte ya del recuerdo. En Europa solo el lince podría considerarse como el último gran felino, pues su tamaño excede con amplitud al del gato montés.
Actualmente en territorio europeo existen dos especies diferentes de linces, el ibérico (Lynx pardina) y el boreal o europeo (Lynx lynx). Se acepta que el primero únicamente sobrevive en unos pocos enclaves del sur de la península ibérica, tras protagonizar una espectacular pérdida de población en los últimos 30 años. Y el segundo, después de haber sido exterminado de la práctica totalidad de la Europa occidental, quedando relegado a unos pocos enclaves del norte y oriente europeos, ha sido objeto desde hace unos años de planes de reintroducción en países como Francia, Suiza o Alemania.

Centrándonos en España, por todo su territorio peninsular se conoce al lince con diversos nombres que nos hablan de su existencia en tiempos pasados. Pero he aquí que a pesar de los estudios realizados, los científicos no se ponen del todo de acuerdo en varias cuestiones. Por un lado parece claro que el lince ocupó toda la península ibérica, incluyendo a Portugal. Según algunos,  los primeros linces que aparecieron pertenecían a la especie denominada Lynx issiodorensis que apareció durante el Plioceno inferior, de la cual se diversificaron a partir del Pleistoceno, dando lugar al Lynx pardinus spelaeus, considerdo el antecesor directo del lince ibérico (Lynx pardina), en un proceso en el cual se fue reduciendo su tamaño. Pero en tiempos más recientes, unos opinan que era el lince ibérico el que se movía por toda nuestra piel de toro y otros piensan que en las zonas de la cornisa cantábrica y pirineos el que deambulaba por sus bosques era el lince boreal. Existe una tercera teoría que apunta a que en estas zonas del norte peninsular se encontraban las dos especies, aunque no se aventuran a determinar si fue de forma coetánea o en tiempos diferentes. Los restos fósiles y óseos encontrados aún son motivo de controversia.

En Asturias se conocía al lince con el nombre de llobu cerval, aunque parece que también se usaba el término tigre o gatu rabón como los más aceptados. Y se pone como fecha de su extinción los primeros años del siglo XX. Curiosamente en los últimos años del citado siglo, e incluso en la actualidad, las citas de supuestos avistamientos son numerosas. Ninguna de estas citas ha sido aceptada por la comunidad científica, pero los datos recogidos y la credibilidad de muchas de las personas que protagonizaron dichos avistamientos, al menos crea la duda y da mucho que pensar.
Sin embargo llama la atención que en muchas otras partes de la península ibérica donde se da por extinguido al lince, los supuestos avistamientos también existen y generalmente tampoco se aceptan.

He aquí una de las grandes incógnitas que la naturaleza esconde, a pesar de estar en el siglo XXI y tratarse de zonas muy humanizadas.
En próximos artículos seguiremos profundizando en este tema y ya saben que pueden participar con sus comentarios o sugerencias a través del correo vicente172002@yahoo.es

   


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