GAROÑA SÍ- NO - VICTORINO ALONSO SIIIII.

Cuando se esta pendiente estos días de que se tome una decisión definitiva sobre la central de Garoña y por lo que se ve el presidente aboga por cerrarla definitivamente, a pesar de las presiones que se estan llevando a cabo para que no se produzca, uno puede hacer varias lecturas de por qué se puede cerrar.
Las oficiales serían más ó menos estas:
- Por seguridad.
-Por ganarse algo que tenía perdido, y es la perdida de confianza del ecologismo en general.
-Por que quiere dar un nuevo impulso a las energías limpias.
-Y la última que se me ocurre,sería el compromiso adquirido ante sus votantes.

A mí se me ocurre otra, y no quiero ser mal pensado, leer la noticia de abajo y ya me diréis.

Y no voy a dar más pistas.




Añadir que la Central Térmica de Anllares lleva tres meses parada y que casualidad que allí mete todo el carbón Victorino Alonso de la antigüa mina Coto Cortés y del cielo abierto de Tormaleo.

El parón de las térmicas hace peligrar miles de empleos en la comarca

Como única solución para estabilizar el precio y dar competitividad a un sector que emplea a unos 3.500 trabajadores

La central térmica de Compostilla II, de Endesa, se encuentra rodeada estos días por cantidades ingentes de carbón que no se consume. GAZTELU

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Francisco Labarga / Ponferrada
El parón que afecta a las centrales térmicas bercianas de Compostilla II y Anllares corre el peligro de desencadenar una crisis laboral sin precedentes en el Bierzo y Laciana, amenazando no sólo a los 3.500 trabajadores que aún dependen del sector minero, sino también a centenares de empleos dependientes de las compañías eléctricas.
La enorme acumulación de carbón autóctono en los parques de carbones de las térmicas plantean un serio problema que no tiene fácil solución, pues en el caso de Compostilla II el almacenamiento del mineral supera el millón de toneladas, prácticamente el consumo de esta central en un año.
De no hallarse una “solución inmediata”, como reclamaba hace unos días el director general de Minas de la Junta de Castilla y León, en muy poco tiempo no podrá entrar ni una sola tonelada más en los parques de carbones, por una pura imposibilidad física de falta de espacio.
Lo cierto es que la oferta de las centrales bercianas, sobre todo la de Compostilla II, que es una de las más grandes de España, no se ajusta a la demanda energética, que se ha visto sensiblemente reducida en los últimos meses. Ello quiere decir que la central ha quedado fuera de competencia, lo que ha motivado el parón y su desenganche de la red.
La situación es crítica, tan crítica que “no se ha visto algo igual en los últimos 20 años”, comentan fuentes de la patronal minera Carbunión, para quien no sólo es extremadamente grave, sino insostenible a medio plazo.
Fuentes del comité de empresa de Compostilla II, consideran que la acumulación de carbón se debe a “un incumplimiento” de las cláusulas del Plan del Carbón, que obligan a quemar una cantidad prefijada de 3 millones de toneladas de carbón autóctono, algo que no se está haciendo, lo que puede conllevar una seria admonición de las autoridades de Bruselas.
Por si fuera poco, el problema se ve considerablemente agravado por la desaparición este año del incentivo al consumo de carbón nacional, incentivo que, entre otras virtudes, había tenido la de estabilizar los precios y el consumo al ser el principal elemento que dotaba de competitividad al carbón de Laciana y el Bierzo.
Así las cosas, quien tiró la primera piedra fue Unión Fenosa, que decretó una rebaja unilateral de un 15% en la compra de mineral nacional, lo que, acto seguido, determinó que el grupo Coto Minero del Cantábrico retuviera el 50% de la nómina de los trabajadores de Uminsa. Este amago de conflicto determinó que se abriera la mesa de negociación, con participación del Ministerio de Industria, las compañías eléctricas y las empresas mineras. Pero en estos momentos no se vislumbra un acuerdo con la inmediatez que la situación requiere.